Con perfiles distintos ambos hacen bajar la cantidad de indecisos para 2019.

Por DANIEL ISGLEAS

Sanguinetti ha retomado la política activa para liderar a los batllistas del Partido Colorado.

Dos orígenes, dos visiones de la política y de cómo mejorar al Uruguay, dos formas de «caminar la cancha», dos partidos opuestos, uno nuevo y otro fundacional. Tan distintos pero tienen una cosa en común: el expresidente Julio María Sanguinetti y el exfiscal Gustavo Zubía han irrumpido en la escena política en el Partido Colorado y en el Partido de la Gente respectivamente y los números les dan bien ya que han contribuido a levantar a ambos en la consideración pública.

Ante la pregunta «si las elecciones nacionales fueran el próximo domingo, ¿a qué partido cree que votaría?», la última medición de opinión pública hecha por la empresa Opción Consultores, de buen desempeño en la última elección, le asignó el 9% al Partido Colorado, y seguido de cerca el Parti-do de la Gente con 8%. Ambos han crecido desde la última compulsa que fue en abril y que marcaba para los colorados el 7% y para el partido de Ed-gardo Novick el 5% de las preferencias.

Sanguinetti ha vuelto al ruedo después de varios años y se ha puesto al hombro a buena parte del partido. Lidera hoy el sector Batllistas, donde coexiste la mayoría de los grupos con esa ideología. Está el Espacio Abierto, hay sectores de la juventud colorada, diputados provenientes de Vamos Uruguay y dirigentes barriales que habían quedado sin cobertura política luego de las dos últimas elecciones, donde el partido fundado en 1836 tras la batalla de Carpintería obtuviera muy bajos resultados a partir de su última administración entre 2000 y 2005.

¿Sanguinetti, dos veces presidente y en retiro, es el motor de crecimiento colorado? «Sin lugar a dudas que la presencia de Julio, su asunción del liderazgo de un sector provocó la reacción positiva de muchos colorados que estaban en sus casas», comentó a El País el diputado Tabaré Viera, que conduce el Espacio Abierto. La primera movida de Sanguinetti concitó la atracción de los medios. Pidió una reunión a los líderes del Partido Nacional Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga que se difundió hasta por las agencias internacionales de noticias. Allí les dijo a sus interlocutores que sería conveniente que desde ya acordaran una especie de relatorio de temas para un eventual gobierno de coalición obtenido en la segunda vuelta electoral de 2019.

Impactó a los nacionalistas. Pero también irritó a algunos colorados que consideran que «se adelantó» porque siempre los acuerdos se hicieron entre la primera vuelta de octubre y el balotaje, y que su presencia en la escena política fue como «una foto vieja», según la definición del precandidato colorado Fernando Amado, de Batllistas Orejanos.

«Hemos atraído a gente de otras tiendas partidarias incluso», adelantó Viera. «Las encuestas muestran que con Sanguinetti en la cancha el partido crece. Es innegable. Y va a seguir creciendo. Sanguinetti recién empezó», remarcó.

La idea ahora apunta a consolidar a las distintas corrientes batllistas del partido en una gira nacional que arrancó con un acto en Las Piedras y seguirá el viernes 27 en Paysandú, en acto organizado por la agrupación del diputado Walter Verri y dos grupos del Espacio Abierto. Luego vendrá el 10 de agosto en Rivera, donde Batllistas es fuerte porque tiene al intendente Marne Osorio y copa la interna colorada. La siguiente fecha será en Salto, donde la mayoría colorada está en manos del exintendente Germán Coutinho, que hizo acuerdo con la otra ala batllista, el sector Uruguay Batllista del senador José Amorín.

Viera es optimista en cuanto a que con los indecisos el Partido Colorado seguirá sumando intención de voto y que «vamos a estar arriba de la elección pasada y cumplir el objetivo que es tener una gran representación parlamentaria». Además de Osorio, el único intendente colorado, hoy el partido tiene 12% de presencia en la Cámara de Representantes, un 10% en el Senado y 7 alcaldes de un total de 112 en todo el país, el 6,25%