
PRESIDENCIA
La moción fue presentada por la bancada del Frente Amplio que no votó el pedido de renuncia original al presidente Daniel Ortega.
El senado aprobó de forma unánime una moción que condena la violencia en Nicaragua ante “la reiterada violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales” y pidió nuevas elecciones.
La iniciativa, presentada por la bancada oficialista y acompañada por todos los partidos con representación parlamentaria, manifiesta la “enérgica condena a los actos de violencia” y alienta a “identificar a los responsables a través de los procedimientos correspondientes”.
El Partido Independiente había presentado una moción que pedía la renuncia inmediata del presidente Daniel Ortega y la convocatoria a nuevas elecciones de forma inmediata pero recogió nueve votos.
El Senado de la República a nuestra iniciativa está votando una fuerte declaración condenando las violaciones de DDHH en Nicaragua y exigiendo al gobierno de ese país el cese de la violencia contra el pueblo. También se apoya la celebración de elecciones libres y justas
“El Frente Amplio estaba dispuesto a votar algo pero con un nivel de condena más liviano, incorporó cosas que habíamos puesto nosotros en consideración como la censura a la actuación del gobierno en derechos humanos pero con matices. No se habla de condena ni se piden elecciones inmediatas con garantías”, dijo a ECOS el senador Pablo Mieres.
El Frente Amplio no votó el pedido de renuncia de Ortega apoyado en el principio de autodeterminación de los pueblos.
“Votamos una moción muy medida. La salida al grave conflicto interno que existe hoy debe ser negociada con las dos partes del conflicto y si ellos deciden que la mejor manera de dirimirlo es con elecciones así lo definirán. Creemos que debe haber un ámbito de dialogo nacional entre el gobierno y la sociedad civil, porque hay mucha violencia desde ambas partes”, dijo a este portal el senador oficialista, Charles Carrera.
La senadora de Casa Grande, Constanza Moreira, fue una de las que no acompañó la moción que pedía la renuncia y argumentó que un gobierno no puede desmantelarse de un día para el otro.
El nacionalista Jorge Larrañaga dijo que Nicaragua es “un gobierno que no tiene vergüenza, un gobierno que termina siendo enemigo de su pueblo, un gobierno que mata a la gente, a su pueblo. Es un gobierno asesino.”
Por su parte el Partido Colorado presentará una declaración en diputados sobre la situación de Nicaragua, con la intervención de los diputados Tabaré Viera, Germán Cardoso, Conrado Rodríguez y Walter Verri.
En la declaración ante diputados los colorados buscarán «llamar al Gobierno de Daniel Ortega a cesar de inmediato la represión y garantizar el pleno ejercicio de los derechos humanos de los nicaragüenses, en particular los derechos de reunión, manifestación pacífica y de libre expresión, así como respetar la importante labor humanitaria llevada a cabo por el personal de las organizaciones defensoras de los derechos humanos».
Además le expresarán su apoyo a la Conferencia Episcopal de Nicaragua en su labor de mediación.
Anunciaron así su «más firme» condena a los hechos de violencia en el país, exigieron el desmantelamiento de los grupos paramilitares e instaron a reactivar el diálogo nacional.
Durante el fin de semana hubo nuevos choques entre la Policía y los manifestantes con un saldo de 10 muertos, aunque según los medios locales las autoridades solo reconocieron a dos. El lunes los estudiantes volvieron a marchar en las calles.